domingo, 27 de octubre de 2013

REFLEXIÓN

REFLEXIÓN 
La fundación el Edén como institución formal creada para la mitigación de las carencias de que adolece un grupo social vulnerable (adultos mayores), puede ser considerada a su vez grupo social en sí y movimiento social desde su accionar humanitario y altruista.
Para ir esbozando un escenario que permita dilucidar un poco más este asunto, es importante partir de que en las sociedades, no solo los individuos, miembros de una colectividad, interactúan entre sino que además lo hacen la amalgama de realidades que los componen, es decir, no es solo el individuo como miembro de un grupo social el que interacciona con los demás sino también su manera particular de ser, habitar y significar el mundo, sus experiencias, sus comprensiones, sus carencias, sus ideales, entre otros aspectos - teniendo en cuenta, eso sí, que el individuo es producto del entorno social en que se desenvuelve-. Así, se puede afirmar entonces que “los grupos sociales son un conjunto de personas  inmersas en interacciones sociales…” (Modulo, pág 132), en las que se generan relaciones de cooperación y asociación para mitigar los fenómenos sociales que provienen de la sumatoria de las condiciones del grupo humano y que repercuten en la vida del individuo. Claro está que en las diferentes comunidades humanas están presentes muchos otros aspectos como la competencia, el conflicto, etc. Pero el principio que nos ocupa en esta reflexión es precisamente el de cooperación y asociación.
Siguiendo la perspectiva Parsoniana de una sociedad compuesta por una serie de actores que ostentan unos roles específicos y desarrollan una función determinada, se debe entender a dicha fundación como una,  donde los individuos están insertos dentro de un sistema determinado, se les acoge, cuida, protege  y además se les reconoce como sujetos funcionales. En este sentido, debemos tener claro también que “las organizaciones son grupos sociales planeados, diseñados y orientados a conseguir metas específicas, que se mantienen integradas por normas y reglamentos específicos” (modulo, pág 143). En este sentido, se puede visualizar tales fundaciones (el Edén) como organismo o grupo social con roles establecidos claros, desde la gerencia, la administración, el aseo, la educación, la recreación, la salud y la función específica, latente, altruista establecida. Desde el aporte voluntario y las contribuciones externas.
Por medio de  la observación participante en la fundación el Edén consideramos la comunicación propicia que se desprende del ambiente pertinente en que viven los ancianos, la estabilidad de la institución como organización sin ánimo de lucro y los canales internos y externos por medio de los cuales, se reconoce como grupo formal innovador, estable y en constante progreso; efectivo en su labor en el medio social en que se encuentra y por el que se da a conocer; medios web (blog) y contactos directos.
Se puede definir entonces a la fundación el edén como un grupo social capaz de movilizar en torno a una causa. Una organización real organizada formalmente, desde una estructura jerárquica establecida, con elementos comunicativos dados desde la organización informal en sí, considerando los aspectos psicológicos y afectivos que integran y en última instancia conforman el sistema total, tomando como referencia las asociaciones que crean los ancianos con la institución; desde la alteridad, la emoción y los intereses individuales, familiares, y colectivos.
La interacción es fundamental para el reconocimiento de las individualidades y de los grupos sociales entre sí, pero para que ello suceda se debe considerar un aspecto fundamental sin el cual no habría tal. Para que los grupos sociales puedan establecer lazos, acuerdos, normas, instituciones y sociedad como tal, es indispensable que medie un proceso que permita la puesta en común de las múltiples realidades implicadas en el proceso interactivo, además de establecer con claridad los roles y las funciones con que se facilite la estructuración de sistemas funcionales, coherentes y cohesionados. Es así pues como la interacción social en la fundación el Edén está dado en el trabajo que realiza altruista con los ancianos como grupo social vulnerable; desde el proceso que efectúa, dinámico, y a través de una comunicación descendente en la transmisión de información; a través de la estructura piramidal se interactúa desde los roles gerenciales hasta los de menor rango, para lograr éxito en las decisiones, acuerdos en las tareas y para llegar a pactos que respondan a las necesidades de todos los actores implicados. Una distribución que implica en si un principio de cooperación dinamismo y a la vez formalismo interno.
De esta manera y atendiendo siempre al principio de cooperación que rige -junto con algunos otros- el acontecer de las transacciones humanas, orientadas a garantizar, no solo la perdurabilidad de las sociedades, sino también, la satisfacción y el desarrollo sostenido y sostenible de la misma, impera la necesidad de generar códigos, transmitirlos y tener la certeza de que éstos podrán ser decodificados asertivamente y esto se hace posible gracias únicamente a la comunicación. Este elemento es de vital importancia en las interacciones humanas ya que, en primer lugar, sin comunicación no podrían llevarse a cabo y, en segundo lugar, porque “a través de la comunicación, la gente recoge información de otros, y se la proporciona a otros. La información puede determinar que la gente coopere” (Kreps, citado por Lucas Marín, pág 1).
Para el efecto del tema que nos convoca en esta reflexión, podríamos tomar el postulado de Kreps y reemplazar el término “gente” por el de grupos sociales para nuevamente insistir sobre la fundación el Edén , no solo como grupo social organizado de manera formal que interactúa entre sí y con los demás, cooperan y comparten un sistema mediador que es la comunicación, sino también como  como  grupo informal y movimiento de capacidad convocatoria y congregación en torno a un tema de interés social como lo son los fenómenos y las problemáticas de las diversas comunidades humanas, (en este caso preciso, los adultos mayores en situación de riesgo social) a través del lenguaje y la comunicación.
Tanto la sociedad como las organizaciones (en todo caso parte de sistema social) se comunican interna y externamente por medio de lenguajes formales o informales, institucionales o no institucionalizados… en fin, una variedad tan amplia como ilimitada son las posibilidades que ofrece el lenguaje, de esta manera es posible entender que “la comunicación entre las personas e instituciones es el modo fundamental de la acción social” (lucas Marín, pág 1.). En el apartado anterior se puede evidenciar además un concepto clave para entender las instituciones, pues la acción es el fin primordial que persiguen en sí, de hecho, si nos remitimos a la etimología encontraremos que el termino acción en el contexto de lo social actúa como complemento inseparable.
Hasta ahora podríamos decir que está claro el papel fundamental que juega la comunicación no solo en las interacciones humanas, sino también en la capacidad de congregación y desplazamiento hacia la acción toda vez que ésta pone en evidencia la necesidad de actuar.  Lucas Marín “la comunicación es el proceso que permite a la gente coordinar sus conductas… la gente mediante las actividades sociales establece acuerdos mutuos de relaciones aceptables a través de modelos ritualizados de comunicación con los otros” (Lucas Marín, pág2) y es por ello que “el desarrollo de las relaciones es, por tanto, la clave para la coordinación interpersonal, y las comunicaciones humanas son el instrumento que la gente usa para establecer y mantener unas relaciones efectivas” (Lucas Marín, pág2.) Tal vez parezca la reafirmación sobre el tema de la comunicación y las transacciones relacionales de los individuos de una sociedad, sin embargo encuentro en esta parte del texto que nos muestra un nuevo camino a seguir toda vez que aparece un concepto estrechamente ligado con el asunto de la cooperación y es la coordinación.
Finalmente y para concluir esta reflexión es de suma importancia resaltar el papel de la comunicación en la fundación el Edén, como el cemento que mantiene unida cada unidad  en la organización, controla y coordina, desde la gerencia y la administración las decisiones que se toman en los demás departamentos, dando información y ajustando la organización a los cambios, las trasformaciones y las necesidades de los ancianos, sus tutores, donantes o contribuyentes. Existe pues un feedback positivo entre la fundación, los beneficiados, sus familias y los entes externos que participan de forma activa en la conformación de una organización con estructura formal e informal de carácter altruista, sin ánimo de lucro, donde se refleja la interacción social desde la alteridad en cada estado, y los lazos de afectividad, respeto, compromiso, que forja, mantiene, y corrobora.


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